MII OBJETIVO

Es mi sitio donde puedo desahogar la miseria en la que vivo... no pretendo fomentar la anorexia ni la bulimia solo trato e librar mi alma.

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lunes, 10 de enero de 2011

LOS FANTASMAS DEL ESPEJO Cap2 "Hombres de Negro"

2
HOMBRES DE NEGRO

-¡Estupida! ¡Ve lo que estas provocando!
            -No me hables así. Yo no hice nada.
            -¡Pusiste a dieta a Bibiana!
            - Ella quiso. Además ¿A ti, que? Ya no vives con nosotras.
NOS ABANDONASTE.
            -¡Soy padre de esta niña! El doctor dice que tal quizás esta anémica por tu culpa.
            -¡Ese señor no es doctor! Es un tonto enfermero.
            -Como siempre, insultando a la gente. Todos  aquí se están dando cuenta de por que te deje. ¡Pobre de tu marido actual!
            -¡Tu no me dejaste! Huiste de la policía, que es diferente. De seguro todavía te buscan.
            -¡La policía es mi amiga! De mostré mi inocencia, Soy una persona de bien. Si estas matando de hambre a Bibiana, voy a demandarte. Conseguiré la sentencia de un juez para que ella viva conmigo.

Veo borrosamente.

            Hay un enorme grupo de personas a mi alrededor. En primer plano dos jóvenes vestidos con bata blanca. Detrás de ellos, mis padres contendiendo. Reconozco los candelabros suspendidos sobre nosotros. Todavía estoy en el salón. Mi fiesta de quince años ha dado un giro desafortunado.
-Tranquilos señores. Por favor. La niña se esta despertando.
            Mi padre del lado izquierdo. Alzo los brazos para detenerme de su cuello. Estoy aturdida.
            -Chiquita. Sirenita…
            Quisiera decirle que no debe culpar a mamá de mi desmayo, pues yo fui quien me puse a dieta; he luchado tanto por no seguir siendo la obesa de la escuela. Pero también quisiera susurrarle al oído que escuche la discusión y anhelo con todo el alma irme con el a su casa.
            -Papá, no me dejes.
            -Yo vivo en otro país, pe… pero –tartamudea-. Si quieres te llevo conmigo. Puedo arreglarlo.

Detecto su indecisión.

            ¿No lo dijo enserio? ¿Solo estaba rivalizando con mi madre? ¿Luciéndose frente a los entrometidos? Cierro los ojos. Como quisiera explicarle que Aurelio es un morboso haragán que no pierde el tiempo de mirarme el trasero. Una vez lo escuche cantar que las gordas tienen todo y un poquito de mas y que el disfruta ese poquito extra. Es un vulgar, manipulador y mantenido. Yo no necesito a un padrastro. Por lo menos no a ese. Quiero a un padre. A mi padre…
            -Sirenita. De verdad, solo dímelo y veré la forma se llevarte conmigo a los Estados Unidos. Te conseguiré escuela y juntos formaremos una familia…
            Mamá se acerca y le grita.
            -¡La estas aturdiendo! ¡Déjala! ¡Es su fiesta de quince años! ¿Qué recuerdos le vana a quedar?
Reconozco entre la mesa a varios amigos. También a Magali; la presumida, alguien tendrá serios problemas legales.
Lo siento. ¡Ya ha sido suficiente!
            -Necesito ir al baño.
            Camino tambaleándome. Entro a un privado con inodoro.
Pongo el seguro. Escucho los pasos de mi madre que llega corriendo.
            -¿Estas bien?
            -Si. ¡Déjame empaz!
Después de varios minutos, salgo. No hay nadie cerca. Me lavo la cara. Rechazo la idea de regresar a mi “fiesta”. Avanzo sigilosamente hacia la calle. Los vigilantes, desconcertados, me observan pasar junto a ellos. Llego a la acera y me apoyo en un automóvil que esta frente al salón. Escucho que  se abren las portezuelas. Levanto la vista. Cuatro sujetos vestidos con traje negro se acercan a mí por ambos costados.
            Retrocedo, Aunque es de noche, ridículamente dos de ellos usan lentes oscuros.
            -¿Tu eres Bibiana?¿La quinceañera?
            -Si…
            -¿Ya termino el evento? ¿Dónde están tus papás?
Esto no me gusta. Trato de volver al salón. Los vigilantes han dado aviso a los invitados sobre mi furtiva escapadita.
Llegan varios primos y tíos seguidos de mis padres.
            Los cuatro sujetos de traje oscuro van directo hacia Papá.
Él se pone tenso. Mira hacia los costados como pensando en cambiar de ruta. No puede. Le muestran unos documentos.
            Los invitados me conducen de vuelta al salón, como protegiéndome. Papá se queda hablando con esos señores.

Me invade el pánico.

            -¿Papa? ¡Ven conmigo!
            -Dame un minuto hija. Ahora te alcanzo.
Todo parece volver a la normalidad. Mi fiesta continúa. La orquesta sigue tocando. Permanezco inmóvil. Papá ha dejado su saco sobre la silla. Espero que regrese. No lo hace. Mis primos me invitan a bailar. Les digo que tengo dolor de cabeza. Es verdad.
            Tomo el saco abandonado y lo doblo para meterlo en la bolsa de mi vestuario.
            Los invitados comienzan a despedirse. Hay demasiados murmullos alrededor. Percibo como la gente se compadece de mi. Ha sido una fiesta deslucida. Todos la recordaran por mi desmayo, la discusión enconada de los divorciados y la nueva desaparición del padre advenedizo.

Camino a casa, sollozo.

            Mamá trata de consolarme. No la escucho. En cuanto llegamos, corro a mi habitación.
            En la bolsa interior del saco de mi padre hay una cartera y un sobre abultado.
            Apenas me encierro, pongo todo en la cama. El sobre contiene dólares. Los veo a contra luz. En la cartera hay una licencia de manejo y dos tarjetas de crédito a nombre de un norteamericano. Luego descubro lo más impresionante. Tardo en digerirlo. ¿Qué significa esto? ¿Mi papa se hace pasar por otra persona? ¡La licencia tiene su foto y el mismo nombre anglosajón de las tarjetas! ¿Usa una identidad falsa? ¿Cómo lo logro? ¿Y para que?
Son las cuatro de la mañana. Suena el teléfono. Aun estoy enajenada frente a los documentos, apócrifos cuando mamá toca la puerta.
            .Bibiana lo tiene –la escucho decir como defendiéndose-, ella tomo el saco –vuelve a tocar-. ¡Abre! Te llama tu padre.
            -¿Si?¿Papá?¿Donde estas?
            -Hija, me detuvieron. Es una confusión. Tratan de imputarme cargos por el accidente de transito que tuvimos hace nueve años. ¡Pero eso ya esta arreglado!
            -Tengo tu cartera. Encontré una licencia y tarjetas de crédito muy extrañas.
            -¡Guarda todo eso, por tu vida! Luego me las das. Ya te explicare. Sirenita. Se que he sido un mal padre, por que ni siquiera te he mandado dinero. Pero he estado ahorrando durante mucho tiempo y te traje algo. En el saco había un sobre. ¿Lo tienes?
            -Si.
            -¡Que alivio! Mira. Contiene cinco mil dólares y una nota de felicitación. Es tu regalo de cumpleaños. No suple mi ausencia, lo se, pero quise darte una pequeña muestra de cuanto te quiero. Eres mi única hija y pienso mucho en ti.
            -Papá. ¿Dónde estas? Déjame ayudarte.
            -No te preocupes. Voy a resolver este asunto en un par de días. Entonces iré a verte. Pero, linda, perdóname por lo que te voy a decir. ¡Vas  a tener que prestarme tu dinero! ¡Luego te lo repongo!
            -¡Por supuesto! ¿A quien se lo doy?
            -A mi abogado. Se llama Lince Lara. Mañana va a pasar a verte. Amor. Tengo que colgar. Cuídate mucho. Y come, por favor. No quiero saber que estas anémica.
            Se escucha el tono de la comunicación interrumpida.
            Mis movimientos siguientes son torpes y pausados. Abro el sobre con el dinero. En efecto, hay cincuenta billetes de a cien dólares y una nota en papel púrpura.
            Para Bibiana, mi princesa encantada a quien tanto amo.
Sn que pueda controlarlo, el llanto se apodera de mí.

2 comentarios:

  1. u_U me siento alwo identificadaa qn la chava pff en fin aww
    D= buenaa historiaa
    grax por compartirla <3

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  2. estaba muy interesante la obra y deja que pensar sobre tooo x k me ha estado pasando ami

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control ante todo

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mii hiiztOoRiia

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