MII OBJETIVO

Es mi sitio donde puedo desahogar la miseria en la que vivo... no pretendo fomentar la anorexia ni la bulimia solo trato e librar mi alma.

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domingo, 9 de enero de 2011

LOS FANTASMAS DEL ESPEJO Cap1 "La Sirenita"

1
LA SIRENITA

Hoy cumplo quince años.
            Hace un par de horas mama me ayudo a ponerme este vestido asfixiante. Tiene largas cintas cruzadas en la espalda.
Preciso jalar con mucha fuerza para cerrarlo. Lo logro; no pude creerlo cuando me mire al espejo. ¡Tenia una cintura diminuta! Mama me felicito y yo sentí una mezcla de alegría y odio.
            Desde pequeña fui una niña llenita, pero ¿Qué bebe rolliza no es hermosa? Nunca adelgace, y al llegar a la pubertad mi madre me criticaba por estar un poco ancha; a mi no me importaba, sin embargo cuando se acerco la fecha de mis quince años me convenció de que este día yo debía ser la mas hermosa y delgada de la fiesta. Me compro un vestido de talla menor a la mía y lo colgó en el pasillo para motivarme a adelgazar. Ahora estoy aquí, sentada en medio del salón, respirando despacio y tratando de relajarme para disminuir mi consumo de oxigeno; no puedo entrar en pánico.
-Queridos invitados. Esta es una noche mágica. Bibiana la ha esperado ansiosamente. Siempre soñó con mostrar al mundo su belleza y gracia. La tienen aquí. ¡Véanla! Antes era gordita, pero ha bajado de peso. Se ha puesto muy linda. ¿No lo creen? Frente a ustedes, amigos y familiares, ¡una niña se esta convirtiendo en mujer! ¡Una flor se esta abriendo y hoy nos llena con su fragancia!
            Aprieto los dientes y sonrío. ¿Qué rayos le pasa a mama?, ¿Cómo se atreve a decir esa sarta de cursilerías en el micrófono? Cuando me quite esta camisa de fuerza, todos se darán cuenta de que sigo siendo fofa.
-Ahora –prosigue-, mi ex esposo, el padre de Bibiana, va a decir unas palabras.
¿Es mezquina o estupida? ¿Para que hace aclaraciones innecesarias? La mayoría de los invitados saben que ellos se divorciaron, pero a los demás ¿Qué les importa?
            Baja del estrado con los compases de aristocracia que la caracterizan mientras su “ex esposo” sube por el lado opuesto.
            Los altavoces emiten un chillido desagradable.

Papá no se inmuta
            Tiene una personalidad imponente.
            Comienza a hablar. Sus palabras resuenan emergiendo de un amplificador ecualizado para la rumba y no para la oratoria. Aun así, las frases se entienden con claridad.
            -Bibiana –trato de mirarlo a los ojos para concentrarme-.
Cuando eras chiquita le tenías miedo a la oscuridad. Me despertabas a media noche y yo trataba de calmarte ¿te acuerdas? Solo podías dormirte  si veías una película. Siempre pedías la misma. Con el paso del tiempo, en tus crisis nocturnas, ya ni siquiera te preguntaba. Encendía las luces, íbamos al cuarto de televisión y te ponía la Sirenita. Sabias los diálogos de memoria. Entonces deje de decirte “Bibiana” y te convertiste en  mi sirenita. Hoy “Sirenita”, linda, quiero decirte que siempre te tengo en mi memoria y en mis oraciones. Frente a toda esta gente te digo que te quiero. Ahora que ya no vivo contigo, he aprendido a valorar lo que significas para mí.
            Agacho la cabeza. Pasa por mi mente la idea de correr hacia el, pero ¿Qué dirán los invitados? Por fortuna papá baja del estrado. Lo abrazo. Se escuchan aplausos.
            El cantante de la orquesta, un hombrecillo autóctono de alguna sierra agreste, se comide para fungir como maestro de ceremonias; modula con voz gangosa.
            -¡Que conmovedora escena! Sigamos nuestro programa y aprovechemos el momento para que la Sirenita baile el tradicional vals con su padre, el rey Tritón –risas del público, el locutor se disculpe con papá, perdón por el atrevimiento, ¿Podemos llamar a la quinceañera “Sirenita”? Nos suena más original…
Papá asiente como quien da su consentimiento para el uso de un nombre registrado. Me desagrada la anuencia. Ese apodo es privado. Solo nuestro.

Se escucha el vals.

            Es un colage que yo misma hice combinando la música de películas clásicas que me gustan: Titanic, El guardaespaldas, Pide al tiempo que vuelva y un amor para recordar.
            Papá me conduce con suavidad hacia el centro de la pista.
Mi movilidad es escasa. Aun así, procuro bailar con gracia.
            Muy a pesar de la forma en que mamá lo dijo, es verdad: he esperado esta noche durante años. Me encanta sentirme admirada. Me fascina abrazar a papá y soñar que ha vuelto.
-Te ves muy hermosa hoy. Hice un largo viaje para estar a tu lado.
-Gracias –no digo mas, solo pienso: “Heme aquí bailando con un hombre alto, apuesto y corpulento que dice ser mi padre. La ultima vez que lo vi. yo tenia solo seis años de edad. Ya ni siquiera recordaba su rostro, pero ¡cómo he pensado en él! ¿Por qué tuvo que irse? ¿Este es mi padre? Vean todos. ¡Tengo papá!”
-¿En que piensas, Sirenita?
-En nada.
El maestro de ceremonias emprende la lectura de nombres pera que los invitados mas cercanos bailen conmigo.
            -Solicito la presencia del señor Rufino Pérez.
            Papá cede su puesto a mi tío abuelo. Comienza el desfile de ancianos expertos en danzon y cha cha cha. Son anticuados pero muy elegantes y buenos bailarines de vals. Después pasan mis primos, tiesos, arrítmicos y punketos, vestidos con corbatas mal anudadas y trajes zancones que solo usan en los velorios.

Aparece Aurelio.

            El esposo actual de mi madre.
            ¿Pretende bailar conmigo? ¡Yo no lo puse en la lista! Nadie lo requirió. ¿Viene por su propia cuenta? Me toma de la cintura y comienza a oscilar como campana en el mismo sitio. No mueve los pies. Las manos le sudan.
            -¿Por qué estas tensa, hija?
            .No me digas “hija”. Ya conociste a mi verdadero padre.
            -Veo que pudiste entrar en tu vestido. Te felicito.
Giro la cabeza para mirar hacia otro lado.
            -Ahora, queridos amigos –dice el aborigen del micrófono-, los invitamos a tomar sus asientos para presenciar dos bailes modernos preparados por la Sirenita.
            Suelto a mi padrastro y camino hacia los sanitarios. Mamá va detrás de mi. En el trayecto me topo con Magali, la chica más popular de la secundaria. Viene peinada con un chongo ridículo.
            -Que bien te ves, “Sirenita”. Luces espectacular.
            -No te burles.
            -Estoy hablando en serio. ¿Te pusiste a dieta? Cuéntame.
            -Luego.
            Paso de largo. Entro al baño. Mamá me sigue. Desata las agujetas de mi vestido y siento como mi tórax se ensancha.

Al fin puedo respirar.

            -¿Qué van a decir los invitados ahora que descubran mis lonjas?
            -No te preocupes. Tu vestido moderno también las disimula.
            -¿Tienes un chocolate? Me estoy muriendo de hambre.
            -Ni se te ocurra.
            Durante dos semanas he llevado un régimen de emergencia. Mamá dice que funciona de maravilla. Cuando se iba a casar con mí papá tenía miedo de verse gorda en la ceremonia, así que siguió esa dieta y bajo dos tallas. También la usa cada  año antes de las vacaciones de verano para poder lucir bikinis. Dice que cargamos el sobrepeso en los genes. Es nuestra maldición. Mis tías y abuelas son gordas. Mamá no. Yo tampoco. Por lo menos no hoy.
            Me pongo el atuendo para el baile moderno. Aunque también ha sido confeccionado de forma estrecha, al menos no tiene cintas en la espalda. Salgo a la pista. Mis chambelanes están listos. El nerviosismo nos traiciona. Pero perdemos el ritmo y nos equivocamos varias veces. Al final, de todos modos la gente aplaude. Corro al baño a cambiarme otra vez. Estoy extenuada. El corazón me late en las sienes. Ahora usare una muda de mezclilla. Me deshago del vestido y alcanzo los pantalones. Trato de ponérmelos. Se me atoran en la cadera. Hago un esfuerzo para subirlos. No lo logro.

-Tranquilízate, Tal vez si te sientas.
           
            Obedezco. Comienzo debatiéndome sobre la banca y termino acostada. Me contoneo. Pujo. Grito. ¡Un calambre en la pierna derecha! Mamá se desespera.
            -¡No mas comida grasosa hija! ¡Mira, que vergüenza!
            -Estoy débil.
            -Es por el nerviosismo. Se te quitara en cuanto bailes.
         Al fin logro vestirme. Voy al espejo. Me veo pálida. Tengo la boca seca. El corazón sigue latiéndome en las orejas. Me falta el aire. ¿Qué sucede? La gente espera. Redoblo el esfuerzo, pero mi sonrisa se congela al momento en que escucho el golpe de mi cráneo chocando contra el piso.

CONTINUARA...

5 comentarios:

  1. Bonita historia, lo cierto es que no s eme da muy bien tu lengua,es distinta al español, pero se entiende bastante bien. Buen trabajo! Es inventada? o basada en alguien que conozcas? jaja bueno, esto ya creo que on preguntas algo personales, de todos modos, queria animarte a seguir con la historia. Yo tengo tambien alguns escritos, pero no me artevo a publicarlos, a nadie le gustarian xD
    Un beso :)

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  2. gracias por haberme firmado princess!!!
    me gustan mucho tus escritos,muy pronto se encontrara una nueva novela de mi autoria en mi blog,espero que la disfrutes...besitos.

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  3. Ola qeeRiiDaa priinCesiitaa!
    me gusta tu manera de pensar y e enkanta
    qe te defiendas, aplaudo tu valentia
    y cuando necesites estare ahi para apoyarte

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  4. Leí ese libro, es muy bueno, nunca pensé que eso era lo que vivía una persona que tenia anorexia, no me gusto para nada la actitud de la mama >:/ , mi opinión, es que es una enfermedad, porque si bien es malo tener sobrepeso, (por estética y salud), también no esta bien dejar al cuerpo que es una maquina extraordinaria, sin combustible, nos cuesta dejar de comer pastelitos y cosas que efectivamente lo dañan, pero Dios creo alimentos sanos y necesarios para nuestro organismo, y que también se deben consumir con moderación, "de lo malo nada y de lo bueno poco", conocí a una chica colombiana, que actualmente tiene 34 años, ella tuvo anorexia, pero actualmente no, ella se recupero porque asumió que el sobrepeso es tan malo como la desnutrición. simplemente espero que todas aquellas que tienen sobrepeso (me incluyo) podamos ponernos las pilas para dejar de comer leseras y cosas que nos hacen mal, pero también tener la fuerza de voluntad para consumir aquellos alimentos que nos aportan energía, y nutrición... creo que la anorexia es una forma de "matar", y Dios dice "No mataras", porque El nos ama, y quiere lo mejor para nosotras(os), espero que Dios les de su sabiduria para poder tomar las mejores decisiones, ya que con estas practicas no solo hacen sufrir a su organismo sino tambien a sus familias, somos los que quedamos vivos, los que sufrimos por nuestros seres queridos, bendiciones y un gran abrazo cariñoso para todas. <3 =)

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